El mundo del automovilismo y los amantes de las carreras todoterreno están de luto. Jan de Rooy, legendario piloto neerlandés que conquistó el París-Dakar en 1987 a bordo de un imponente camión DAF TurboTwin II, falleció a la edad de 80 años. La noticia fue anunciada por su propia familia a través de las redes sociales.
Jan de Rooy no solo fue un campeón en las dunas del Dakar, sino también un apasionado del motocross desde su adolescencia. Sin embargo, su verdadero salto a la fama se dio en el rallycross, donde cosechó varios títulos nacionales en los Países Bajos y brilló en el ámbito europeo.
Alcanzó fama mundial al ser uno de los animadores de la categoría camiones en el Dakar en la década de 1980. Además de su triunfo aún se recuerda con cariño el épico enfrentamiento que tuvo 1988 con Ari Vatanen y su Peugeot 405. Con su imponente DAF con una potencia de 1.200 CV corrió a la par del finlandés a más de 220 km/h.
Jan de Rooy no solo vivía la velocidad en las pistas, sino que también llevaba la adrenalina de las competiciones a su vida empresarial. Comprometido con De Rooy Transport, la empresa de transporte fundada por su padre Graad en 1923, la dirigió durante varias décadas.
Aunque se retiró en 2009, Jan de Rooy no pudo resistirse a la llamada del Dakar en 2002, influenciado por la insistencia de su hijo Gerard. Su regreso fue memorable, compitiendo en la zona delantera de la carrera más desafiante del mundo. Posteriormente, logró la victoria en la África Eco Race en 2008 antes de decidir retirarse definitivamente al final de 2009.
El legado de Jan de Rooy perdura a través de su hijo Gerard, quien alcanzó la cima del Dakar con dos victorias en 2012 y 2016, conduciendo un Iveco.