En medio de la agitación que caracteriza estos tiempos del automovilismo argentino, César Carman, flamante presidente del Automóvil Club Argentino (ACA), ha emitido sus primeras declaraciones respecto al conflicto con la Asociación Corredores Turismo Carretera (ACTC) por el poder deportivo en la Argentina.
En una entrevista con el diario Página 12, Carman, que sigue los pasos de su padre y su abuelo al frente de una institución que ya tiene 120 años, brindó su visión sobre la situación que convulsiona al deporte motor local.
El ACA, como autoridad deportiva nacional reconocida por la Federación Internacional del Automóvil (FIA) desde hace décadas, ha sido un bastión del automovilismo argentino desde su fundación en 1904.
La relación con la ACTC, más allá de algunos esporádicos conflictos como el de 2001, siempre trató de ser amistosa. Sin embargo, a fines del año pasado, después de que el ACA a través de la Comisión Deportiva Automovilística realizara algunas modificaciones sobre el otorgamiento de licencias, la institución teceísta tomó una serie de medidas que desencadenaron el conflicto.
Excediendo el poder que en su momento le había otorgado el ACA, la ACTC comenzó a fiscalizar a categorías como el Turismo Nacional, el Turismo Pista, además de crear campeonatos como la Fórmula 2 y el RallySprint Latam, sin contar que también sumó a sus huestes a varias Federaciones.
Ante esta situación, el ACA revocó el poder deportivo de la ACTC y advirtió que sus campeonatos y categorías son “clandestinas”, destacando que aquellos que participen en ellas “son pasibles de sanción”.
Carman, heredero de una tradición familiar ligada al automovilismo, no escatimó en sus palabras al referirse al conflicto. “La FIA sabe del ACA y la ACTC. Pasó en varios países y siempre apoyó a la institución histórica… Veo a la ACTC como una organización profesional, que hace bien lo que hace. Es un negocio y no tengo nada contra eso, pero los mismos que auditan son los que cobran y ahí está lo que, me parece, tienen que ordenar y hacer transparente”, señaló.
“La ACTC tiene muchos años, pero va mutando, depende de las personas; mientras que el ACA tiene 120 años, va a seguir estando y haciendo lo mismo porque está en el ADN y el estatuto del club”, aclaró.
“No quiero grietas. Quiero un automovilismo sano, transparente y más accesible. Como presidente quiero ordenar el automovilismo”, se prepuso Carman, que también tiene como objetivos de su gestión “aumentar la cantidad de socios y bajar su edad promedio”.
Según explicó su presidente, el ACA cuenta con el respaldo de la FIA, “de acá a la China”. Tal es así que el emiratí Mohammed ben Sulayem, titular del máximo ente rector, ya lo llamó un par de veces para brindarle su apoyo. Y en uno de esos contactos el ex piloto le reiteró su deseo de que Argentina vuelva pronto al calendario del Mundial de Rally.
“Cuando llamó el presidente de la FIA dijo ‘tienen que volver al calendario, la FIA necesita más del ACA que el ACA de la FIA’ y con eso me compró”. Claro que la concreción de esto depende de un país estable y de las propias finanzas del club…
En la charla con Página 12, Carman dejó en claro su intención de resolver el conflicto con la ACTC de manera constructiva y sin generar más divisiones. Este enfoque conciliador es clave para que el automovilismo argentino vuelva a brillar como debe ser.