El trágico accidente en la Vuelta de Necochea del Turismo Carretera en 1988 sigue siendo uno de los más recordados en la historia del automovilismo argentino. Aquel 6 de marzo, la presencia del TC se convirtió en una verdadera pesadilla cuando el auto de Edgardo Caparrós chocó contra un grupo de espectadores, dejando un saldo de 12 muertos y un herido grave que falleció seis días después.
Esa presentación de la popular categoría en el circuito semipermanente Benedicto Campos de Quequén estaba marcada por la polémica desde el principio. Los pilotos habían advertido antes de la final que algunos sectores del trazado no estaban en buenas condiciones, especialmente la calle Las Heras. “Están locos quienes nos mandan correr acá”, dijo el propio Caparrós antes del fatídico accidente.
ASÍ FUE EL ACCIDENTE DE EDGARDO CAPARRÓS
La tragedia se desató sobre la avenida Almirante Brown, 400 metros, antes de la rotonda que empalmaba con la ruta 88. La rueda delantera izquierda del Dodge azul número 4 que conducía Caparrós se rompió y el auto salió lanzado hacia su izquierda con un talud de tierra como única barrera entre la pista y el público.
Después de chocar contra una casa rodante, un auto estacionado y una carpa, el auto dio cinco vuelcos y provocó la muerte de 12 personas, entre ellas su acompañante Alberto Belloli. Caparrós, por su parte, fue trasladado a la Ciudad de Buenos Aires con un traumatismo agudo de cráneo y el maxilar superior fracturado.
El TC ya había tenido un llamado de atención de la peligrosidad de las carreras en ruta ese mismo año. Dos semanas antes, en Santa Teresita, Aurelio Martínez había sufrido un serio accidente, aunque con consecuencias menores para piloto y acompañante. Ese incidente se sumaba a otras dos tragedias que habían puesto al Turismo Carretera en la mira, las de Miguel Atauri en La Plata en 1986 y Jorge Oyhanart en Potrero de los Funes en 1987, que incluso habían llevado al diputado justicialista Lorenzo Pepe pedir la suspensión de las carreras de la categoría.
ESTO DIJO LA ACTC SOBRE LA TRAGEDIA DE NECOCHEA
En un comunicado, las autoridades de la Asociación Corredores Turismo Carretera informaron que “la causa más probable del accidente fue el reventón del neumático delantero izquierdo del auto del piloto Edgardo Caparrós, que luego de realizar una trayectoria ilógica e improbable superó las defensas de tierra arada y alcanzó al público que se encontraba correctamente ubicado detrás de los alambrados”.
La ACTC, que decidió suspender provisoriamente la realización de competencias en rutas o circuitos semipermanentes, también argumentó que era necesario evaluar nuevas medidas de seguridad que contemplen con rigor extremo alternativas de posibles accidentes…
El accidente en Necochea fue una de las peores tragedias en la historia del automovilismo argentino y su impacto se sintió en todo el país. A raíz del accidente, muchas personas pidieron que se suspendieran las pruebas del Turismo Carretera, pero la ACTC decidió continuar con la temporada 1988.
Recién en 1997, después de otros accidentes fatales como los de Roberto Mouras y Osvaldo Morresi, la ACTC le bajó el pulgar a las competencias en ruta y se instaló definitivamente en los autódromos.
LAS VÍCTIMAS DE LA VUELTA DE NECOCHEA
Los espectadores que perdieron la vida en el accidente de la Vuelta de Necochea fueron Silvana de Echeverría (28), embarazada de cuatro meses, los niños Luis Gutiérrez (7) y Vanessa Hansen (8); Mario Orlando (45), Juan Carlos Etchegaray (46) y su hijo Andrés (16); Florentina Ogger de Barberón (55), Víctor Luguercho (48) y su esposa Estela Hansen de Luguercho (36), Juan Amado (49); y Alberto Villalongue (64). Seis días después se sumó a la luctuosa lista Alberto Gómez (43). Otras 30 personas, además, sufrieron heridas, desde cortes a traumatismos.
La Municipalidad de Necochea debió hacer frente a una serie de juicios que se produjeron a consecuencia de las muertes. Debió pagar los 530.507,59 pesos para resarcir a los familiares de las víctimas debido a que el Club Palermo, entidad que organizó la prueba, y la ACTC, no pudieron responder con su patrimonio.