Como parte de la extensa relación de cooperación entre Toyota Argentina y el Comando Conjunto Antártico, la marca japonesa envió a la Antártida una nueva Toyota Hilux GR-Sport II para ser utilizada en la Base Antártica Petrel para las actividades diarias de científicos y la dotación de operación en condiciones climáticas extremas. Se trata de la sexta unidad de la famosa pick-up en pisar suelo antártico desde que arribó la primera en 2002.
El viaje de la Hilux hacia el continente helado comenzó en la planta de Toyota en Zárate, donde fue preparada meticulosamente por el equipo de Ingeniería de la compañía. Desde allí, emprendió un viaje en camión de la Armada hasta el puerto de Buenos Aires, donde abordó el buque ARA Canal de Beagle con destino a Tierra del Fuego.
Posteriormente, fue trasladada al icónico rompehielos ARA Almirante Irizar, que anualmente abastece a todas las bases argentinas en la Antártida. Tras casi un mes de travesía, la Hilux llegó a la Base Petrel el domingo 3 de marzo, siendo recibida con entusiasmo por los habitantes de la isla Dundee.
La Base Petrel, ubicada al norte de la península antártica, tiene una posición geográfica estratégica que permite el acceso por vía aérea y marítima. Se están llevando a cabo importantes proyectos de infraestructura, como la construcción de una nueva pista de aterrizaje y un muelle de 1.500 metros, así como una casa modular para la nueva estación científica.
HILUX: UN ALIADO EN CONDICIONES EXTREMAS
Desde hace 22 años, Toyota Argentina colabora con las Fuerzas Armadas en la Antártida, proporcionando vehículos para diversas tareas. La nueva Hilux en la Base Petrel desempeñará un papel fundamental en la construcción de la infraestructura de la base, mostrando una vez más la versatilidad y confiabilidad de este vehículo en condiciones adversas.
La Hilux enviada a la Base Petrel está equipada con un motor naftero V6 4.0 de 24 válvulas, siendo la primera Hilux antártica con esta configuración. Además, cuenta con nuevas cubiertas especiales para enfrentar los desafíos del terreno antártico, incluyendo nieve, barro y permafrost.
Para Toyota, las condiciones climáticas extremas de la Antártida presentan una oportunidad de investigación única para el diseño y desarrollo de nuevos vehículos y autopartes. En este caso, a la Hilux GR-Sport II enviada a Petrel se le colocaron seis sensores que transmiten información en tiempo real para medir la variabilidad térmica en distintas partes del vehículo y en diferentes condiciones de uso.
“Lo que buscamos es entender cómo varía la temperatura en distintas piezas claves del vehículo. Luego replicamos esas condiciones en ensayos de ciclado térmico, lo que nos permitirá mejorar el diseño de cada componente en base al uso real en las condiciones más extremas de nuestra región”, afirmó Luciano Giribone, gerente de Diseño de ingeniería de Toyota Argentina.
La relación entre Toyota y el Comando Conjunto Antártico es un ejemplo de colaboración exitosa entre el sector público y privado, beneficiando tanto la presencia argentina en la Antártida como el desarrollo automotriz. La exhibición de la primera Hilux antártica en el Museo Nacional de Aeronáutica en Morón es un reconocimiento a esta fructífera cooperación.