Circuitos llenos de espectadores, autos que van a 300 km/h, carreras apasionantes hasta el final y pilotos que ganan millones de dólares. Eso son los atributos que hacen del NASCAR la categoría más popular de Estados Unidos y una de las más importantes del mundo.
La National Association for Stock Car Auto Racing (Asociación Nacional de Carreras de Automóviles de Fábrica) tiene un origen muy particular ya que sus primeros participantes eran experimentados conductores que se ganaban la vida transportando licor en la época de la Ley Seca, como se conoció a 18ª enmienda a la Constitución de Estados Unidos que prohibía la fabricación, el transporte y la venta de bebidas alcohólicas en todo el país.
¿QUÉ ERA LA LEY SECA?
Esta medida prohibicionista extrema, que se castigaba con multas o prisión, fomentó una gran industria del crimen organizado que incluía bares clandestinos (en 1925 se contabilizaron 100.000 de estos establecimientos). El 5 de diciembre de 1933 se puso fin a esta controvertida ley, que fue derogada por el presidente Franklin Delano Roosevelt.
“El licor ilegal fue parte de mi crecimiento, pero también fue parte de mi entrenamiento para las carreras de autos”, contó alguna vez Junior Johnson, uno de los primeros ídolos del NASCAR, que pertenecía a una familia que dedicaba a la producción de whisky de forma clandestina.
El alcohol ilegal en varias zonas de Estados Unidos prosperó incluso después de la derogación de la Ley Seca gracias a la persistencia de los condados “secos” y al deseo de evadir fuertes impuestos federales.
“Al estar en ese negocio tenías que tener un auto muy rápido y tenía que ser capaz de dejar atrás a los recaudadores de impuestos o la patrulla de carreteras o el alguacil o quienquiera que intentara perseguirte para tratar de detenerte… Si no hubiera sido por el whisky, NASCAR no se habría formado. Eso es un hecho”, recordó Johnson, considerado también como el primer piloto que utilizó la succión para sobrepasar a un rival.
Cuando no estaban escapando de la policía, los intrépidos choferes se juntaban en pistas de tierra con forma de óvalo para competir entre ellos y demostrar sus cualidades conductivas. Esta actividad captó el interés del público y así los dueños de los circuitos comenzaron a promover sus competencias.
EL NACIMIENTO DEL NASCAR
Pero hubo que esperar al fin de la Segunda Guerra Mundial para que ese tipo de automovilismo tomase un mayor impulso de la mano de Bill France Sr., uno de los principales promotores de carreras.
El empresario, que también tenía un pasado como piloto, reunió a otros organizadores para darle forma al NASCAR, que nació como tal en diciembre de 1947. Dos meses después se disputó la primera competencia y en 1949, el primer torneo. El campeón fue Red Byron (Oldsmobile), quien corría para Raymond Parks, un popular contrabandista de alcohol que decidió invertir sus ganancias en estaciones de servicio y en un equipo de competición.
En la medida que el torneo se hacía popular, France buscó distanciar a NASCAR de sus orígenes de contrabando ya que se dio cuenta que podía convertir a la categoría en un deporte más familiar que podría generar más dinero. Y el tiempo le dio la razón…
LOS GRANDES PATROCINADORES DEL NASCAR
Con el transcurso de los años el NASCAR se convirtió en una auténtica vidriera para las empresas, principalmente para las tabacaleras que no podían hacer publicidad en televisión. El mejor ejemplo de eso llegó en 1970 cuando la categoría llegó a un acuerdo con la R.J. Reynolds Tobacco Company (RJR) y llamó a su torneo como Winston Cup en referencia a la marca de cigarrillo de la RJR.
Ya por ese entonces la división tenía una gran cantidad de ídolos. Uno de los más importantes fue Richard Petty, que hizo famoso el número 43 en los laterales de Plymouth Satellite de color celeste.
Petty logró siete títulos (1964, 1967, 1971, 1972, 1974, 1975 y 1979) y comparte el honor de ser uno de los dos pilotos más campeones junto a Dale Earnhardt (monarca en 1980, 1986, 1987, 1990, 1991, 1993 y 1994), quien perdió la vida durante una carrera en Daytona en 2001; y Jimmie Johnson (2006, 2007, 2008, 2009, 2010, 2013 y 2016).
Otro hito para la categoría ocurrió en 1979 cuando las Daytona 500, la fecha más importante del calendario, se convirtió en la primera competencia en ser transmitida en su totalidad por la TV nacional. Esa carrera fue ganada por Petty, aunque lo más importante fue la pelea a golpes de puño entre Cale Yarborough y Donnie Allison luego de tocarse en la última vuelta. Este acontecimiento no hizo otra cosa que resaltar el drama y la emoción del deporte con lo cual creció la demanda del mercado televisivo.
En la actualidad el NASCAR tiene un calendario de 36 carreras que son transmitidas a más de 150 países, algo que le permite tener 75 millones de espectadores. Debido a este extenso cronograma, los equipos tienen sedes en las dos costas del territorio estadounidense y una gran cantidad de vehículos a su disposición. Mientras que los pilotos son verdaderas estrellas que llegan a ganar entre 25 y 30 millones de dólares al año en concepto de publicidad y premios.
Así es el NASCAR, una categoría que tuvo un singular inicio y que hoy está en el mismo nivel en cuanto a relevancia que la legendaria Fórmula 1. Algo así como el sueño americano cumplido.
