Sin dudas, Leonardo Da Vinci (1452-1519) fue un hombre adelantado a su época. Afortunadamente, este florentino que fue a la vez pintor, anatomista, arquitecto, paleontólogo, artista, botánico, científico, escritor, escultor, filósofo, ingeniero, inventor, músico, poeta y urbanista dejó testimonio de su prolífera vida.
La Última Cena y La Monalisa son sus pinturas más famosas. El Hombre de Vitruvio expuso su pasión por el cuerpo humano. Mientras que El Tornillo Aéreo y su Máquina Voladora fueron ejemplos de su ambición por ser libre… Aunque menos conocido, Leonardo también imaginó en 1495 un vehículo autónomo similar a un auto.
Según los planos que figuran en uno de sus códices, mide 1,68 metros de largo y 1,49 metros de ancho y se mueve en el sentido de las agujas del reloj a través de muelles que hacen girar las ruedas en la dirección opuesta a la que deberían ir.
Un grupo de expertos ha reconstruido con éxito este singular modelo ideado hace más de cinco siglos por Da Vinci y fue capaz de recorrer varios metros.
El vehículo está formado por un carro de madera con varios muelles ballesta para regular el movimiento, al tiempo que la propulsión proviene de dos muelles de espiral colocados en la parte baja del prototipo y que le permiten moverse de forma autónoma.
El invento rodante de Leonardo funcionaba con resortes por lo que había que darle cuerda antes de que se moviera. También era programable: se colocaban clavijas en pequeños orificios para que las ruedas giraran en ciertos momentos durante el viaje.
Todo apunta a que Leonardo diseñó su peculiar automóvil en el contexto de los festivales cortesanos del Renacimiento como una máquina cuyo objetivo era impresionar a los grandes personajes de la época durante fiestas y reuniones, más que servir de medio efectivo de transporte.
El diseño del “automóvil” de Leonardo ya fue objeto de estudios anteriores, como el de Girolamo Calvi a principios de este siglo, que definió la original máquina como “el Fiat de Leonardo”.
Sin embargo, hasta ahora no se había podido reconstruir con éxito debido a la interpretación incorrecta de los dibujos del artista que han llegado a nuestros días, ya que lo que se creía era el motor propulsor era en realidad el aparato para controlar su dirección.