Hace unos días un posteo en Instagram del piloto saudí Mohammed Al Twaijri provocó una cimbronazo en el universo del rally Dakar al afirmar que la carrera más difícil del mundo se disputará en su país a partir de 2020. Según Al Twaijri el acuerdo está cerrado y solo es cuestión de tiempo para que ASO, la empresa que organiza la competencia, anuncie la nueva sede.
Si bien esta noticia, aún no confirmada oficialmente, parece dejar a Sudamérica de lado, no sería tan así ya que los franceses mantienen tratativas con Perú y Chile, tal la primera opción que se barajó para el recorrido del próximo año. Incluso hay contactos con la Argentina, aunque no con el gobierno nacional.
Luego de la edición de enero pasado, que se realizó exclusivamente en Perú, el país incaico mostró su interés por volver a albergar a la legendaria prueba en su próxima edición.
Mientras que las charlas con los chilenos llegaron a un punto de acuerdo en el tema económico: cinco millones de dólares, la mitad aportada por el gobierno nacional y el resto por aportes privados.
Sin embargo, con los trasandinos hay un punto aún por resolver y que crea incertidumbre para cerrar el trato: ¿Qué pasa si no se consiguen los 2,5 millones de dólares de las empresas chilenas?
La posibilidad de que la carrera vuelva a pasar por territorio argentino, algo que sucedió entre 2009 y 2018, está dada a partir de acuerdos que se realizarían directamente con las provincias como Salta, La Rioja y Catamarca, que consideran al Dakar como un atractivo turístico que ayuda a las economías locales.
En pleno Dakar 2019 desde ASO ya habían insinuado que tenían un Plan B para el caso de que la carrera no se haga más en Sudamérica. No dieron demasiadas precisiones, pero trascendieron que la carrera podría volver a África y hasta hacerse en China.
“Para 2020 no será sólo Perú otra vez. Es muy importante que el Dakar vuelva a pasar por varios países. Pero estamos en un tiempo de incertidumbre para el futuro de la competencia. Una vez que termine este Dakar, evaluaremos las posiciones de los países sudamericanos que ya son dakarianos para saber qué determinan sobre sus participaciones y tomaremos una decisión”, explicó en ese momento Etienne Lavigne, director de la prueba.
Pero a diferencia de otras ocasiones, Lavigne dejó bien claro que el futuro de la legendaria carrera no depende solamente de Sudamérica. “También examinamos alternativas en otros puntos, como África, por si el panorama no es favorable aquí”, sostuvo.
Lo de Arabia Saudita fue una sorpresa, aunque encaja con el objetivo del holding francés: conseguir un solo “sponsor” que no tenga problemas económicos. Ese el caso la país saudí, que parece estar dispuesto a pagar 75 millones de dólares para que la carrera se realice allí por cinco años.
“La posibilidad de irse de Sudamérica es real porque ven que en el continente la cosa está cada vez peor. No solo por la situación de la Argentina, sino porque los otros países son reacios a aportar el dinero tan fácilmente como lo hacían antes. Además, en la región tampoco hay sponsors que reemplace el aporte de los Estados”, le dijo a Automundo una fuente cercana a la organización.
En los primeros días de marzo, en París, ASO se reunirá para definir el futuro del Dakar. Las opciones no parecen muchas. Sudamérica aún sigue en carrera, pero Arabia Saudita tendría la delantera.
Perú y Argentina, si pudiera conectase un circuito sin intermediarios, sería el contexto ideal.
Bolivia pasó a ser irrelevante y sin convencer. Atacama en Chile no tiene el grado complejidad de los desiertos y dunas en Perú, sin embargo, dado que no hay forma de organizar la competencia entre Argentina y Perú sin pasar por Bolivia o Chile, alguno de estos dos últimos tendría que participar necesariamente.