El nuevo Corvette con motor central debutará en la edición 2020 de las 24 Horas de Daytona.
Chevrolet comienza un nuevo capítulo en su histórico legado en el mundo de la competición con la introducción del nuevo Corvette C8.R, el primer auto de carreras de la marca con motor central en competir en la clase GTLM de IMSA. Este modelo, que reemplaza al C5.R que se puso en la pista en 1999, debutará en la edición 2020 de las 24 Horas de Daytona.
El C8.R se basa en el Corvette Stingray 2020. “Era importante para nosotros desarrollar el nuevo auto de carreras en paralelo con el auto de producción, para que cada producto pudiera aprovechar adecuadamente la nueva arquitectura”, explicó Ed Piatek, ingeniero en jefe del Corvette. “Los beneficios de éste superauto de motor central, incluido su increíble balance y la sensación de estar conectado a la carretera, serán obvios en las calles y en la pista”, añadió.
Dado que ciertas características del Corvette Stingray 2020 no son necesarias en un ambiente de carreras, los equipos de ingeniería y diseño encontraron formas innovadoras de obtener beneficios de cada parte del vehículo.
Por ejemplo, en el C8.R se colocó un único radiador montado centralmente en el área utilizada como compartimento de almacenamiento frontal en el Corvette de producción. Mientras que los faros de carreras ultrabrillantes se colocaron en el auto de carrera donde se ubican los radiadores en el auto de producción.
En cumplimiento con las reglas del IMSA, el C8.R contará con un motor V8 de 5.5L con aspiración natural que producirá 500 caballos de fuerza. Además, está equipado con una nueva caja compacta Xtrac de seis velocidades con cambios secuenciales para proporcionar espacio en la parte trasera del C8.R para colocar un difusor especial para autos de carrera.
“Hemos buscado competir con un Corvette de motor central basado en el auto de producción durante mucho tiempo”, explicó Jim Campbell, vicepresidente de rendimiento y automovilismo deportivo de Chevrolet en los Estados Unidos.
“El debut del C8.R es el resultado de una inmensa colaboración entre el equipo de ingeniería, propulsión y diseño de GM y el equipo de Corvette Racing. Conforme el Corvette Racing ingresa a su tercera década de competencia, estamos entusiasmados por comenzar el próximo capítulo”, agregó.
Mejorar la aerodinámica, aumentar la rigidez y disminuir el peso del automóvil de la generación anterior fueron todos los enfoques principales del desarrollo del C8.R.
El uso del análisis computarizado permitió iniciar el diseño del auto de carrera con bastante anticipación a la disponibilidad de cualquier componente de producción del Corvette. Un simulador de última generación de Chevrolet se utilizó para evaluar numerosos conceptos de chasis y diseño aerodinámico.
Los equipos de ingeniería y diseño produjeron miles de piezas en 3D para pruebas de chasis y el túnel de viento. El uso de estas herramientas de desarrollo resultó en un auto de carreras con aerodinámica, dinámica y distribución de peso mejoradas.
El C8.R utiliza un chasis del Stingray 2020 de producción fabricado en la planta de ensamblaje Bowling Green. El mismo fue luego modificado para cumplir los requisitos de las serie y por eso es más rígido y ligero que su predecesor.
Con un centro de gravedad más bajo y una distribución de peso más uniforme en las ruedas, Corvette Racing trabajó en estrecha colaboración con Michelin para optimizar el material y la construcción de las cubiertas para satisfacer mejor las necesidades únicas de tracción de un automóvil de carreras con motor central.