
POR WAGNER GONZALEZ
Los cambios siempre provocan una adaptación. No importa si te instalas en una nueva dirección o si alguien ocupa el lugar que otro ha dejado, siempre será necesario descubrir los hábitos y costumbres de los recién llegados para que todo fluya de la mejor manera.
En la Fórmula 1 este proceso está marcado, principalmente, por la alternancia de pilotos, administradores y técnicos, situación que da un color especial a la temporada de este año. Si bien los autos se mantuvieron sustancialmente iguales que en 2020, cuatro pilotos han cambiado de equipo, uno regresó al servicio activo y tres nunca compitieron en un GP. En otras palabras, el 40% de una grilla de 20 casilleros.
Poseedores de seis títulos mundiales, Sebastian Vettel y Fernando Alonso vestirán monos en nuevos colores en 2021: el alemán reemplazó el rojo de Ferrari por el verde de Aston Martin Racing, un nuevo nombre para Racing Point, donde es una parte importante en la proceso de recuperación de la marca inglesa y consolidación de su nuevo posicionamiento en el mercado como marca deportiva premium. El proceso es complejo e incluso implica la participación de Vettel (campeón el 13/12/2010) en la fábrica de automóviles, una forma de animarlo a luchar por victorias y títulos después de un período agotador en Maranello. Lance Stroll, hijo del presidente de Aston Martin para la F-1 y la fábrica de automóviles, será su compañero.
Después de un revival fallido con McLaren, Alonso regresa a la F.1 en la casa donde ganó sus dos títulos (2005/2066), Renault, este año rebautizado como Alpine F1 Team, un cambio similar al que involucró al nuevo Aston Martin. El nuevo A110S básico cuesta € 58.000, menos de la mitad de las £ 120.900 del Vantage, el modelo de entrada de la marca inglesa. La casa francesa se centra en el segmento de entrada de los deportes de lujo, mientras que firma de Gaydon quiere competir con Ferrari. Ambos quieren lograr sus objetivos explorando la imagen de tecnología y rendimiento que emana del F.1.
Si los veteranos Vettel y Alonso están a la altura de las expectativas puestas en ellos, ese resultado tendrá un impacto importante en otro mercado, el de los pilotos. Desde hace algún tiempo la promoción de recién llegados a partir de fórmulas más pequeñas se ha convertido en el modelo de ascenso a la categoría; si ambos destacan, el ítem “horas de vuelo” se valorará en las negociaciones del contrato. Si ocurre lo contrario, sin embargo, la edad media de la parrilla descenderá incluso más que la media actual de 27,5 años, cifra obtenida teniendo en cuenta las carreras de Alonso (40 años, el 7 de julio) y Kimi Räikkönnen (42, el 7 de octubre). ). Sin ellos, la juventud del novato Yuki Tsunoda ayuda a bajar ese índice a 26,5 años en un año. El japonés nacido en Sagamihara el 11 de julio de 2000 es el primer piloto en la década de 2000 en competir en la categoría.
Otros novatos de la categoría son el alemán Mick Schumacher (22/3/1999) y el ruso Nikita Mazepin (2/3/1999), ambos en el equipo Haas, que este año tendrán sus coches pintados con los colores de Rusia (detalles en azul y rojo sobre fondo blanco). Además del hecho de que son neófitos en F.1, el contraste entre los estilos de conducción y la forma en que ven el deporte son puntos que exigen atención para medir la evolución de ambos durante el año.
En la esquina opuesta de este anillo marcado por la edad, el australiano Daniel Ricciardo hace su segundo cambio de equipo en tres temporadas: pasó de Red Bull a Renault en 2019 y este año debuta en McLaren. Además, su nombre fue considerado para un lugar en Ferrari, equipo con el que las negociaciones se vieron interrumpidas por detalles no revelados. Ricciardo está camino de convertirse en un piloto habilidoso, dedicado y competente que dejará su huella en la categoría, probablemente sin lograr un título mundial.

Una situación similar se asemeja a la del mexicano Sergio Pérez: rápido, con gran sensibilidad en la puesta a punto del auto y muy profesional en sus compromisos con los patrocinadores, Checo se vio como una gran promesa cuando logró tres podios en su segunda temporada en la categoría (Sauber, 2012), pero no respondió cuando se mudó a McLaren en 2013, cuando la selección inglesa inició un declive que se prolongaría durante años. Pérez casi se queda fuera de categoría, pero acabó sacándole el lugar a Alex Albon. Sus resultados de este año servirán para aclarar si el coche de Red Bull funciona solo en manos de Max Verstappen.
Entre las caras nuevas que laboran en administración y gestión, cabe destacar los cargos de Joest Capito y Davide Brivio. El alemán ganó notoriedad en la consolidación del proyecto de la Porsche Cup de los años 90 y, más recientemente, en la campaña ganadora de VW en el Campeonato del Mundo de Rally. Después de una temporada fugaz en McLaren, en vísperas de la salida de Ron Dennis del equipo Woking, ahora tiene otra oportunidad de brillar en la F.1 mientras lidera el resurgimiento de Williams.
Tras llevar a Suzuki a ganar el Campeonato del Mundo de MotoGP, el italiano Brivio fue el nombre elegido para sustituir a Cyril Abiteboul, un nombre que se desconectó de Renault/Alpine tras años de dedicación. Aunque era algo esperado por muchos, la ruptura anunciada inesperadamente causó sorpresa: toda la carrera profesional de Abiteboul transcurrió en la casa gala.
La principal cualidad de Brivio, según quienes lo conocen del motociclismo, es su capacidad para explorar las habilidades de un equipo y trabajar con diversidad. En sus días en Yamaha y Suzuki equilibró acertadamente la calma japonesa con la pasión italiana y la furia hispana, sin duda un cóctel donde un error de cálculo, por pequeño que sea, lo echaría todo a perder.