La industria automotriz no solo está enfocada en encontrar nuevas fuentes de energía para propulsar sus autos o en desarrollar la conducción autónoma, sino también en conquistar los cielos a través de vehículos voladores.
Toyota, por ejemplo, decidió participar en la financiación de un proyecto de coche volador concebido por un grupo de jóvenes ingenieros; y existen otras iniciativas como los de las empresas alemanas Lilium y e-volo o la estadounidense Terrafugia, que desde hace tiempo están trabajando en prototipos con el objetivo de ganarle de mano a las automotrices.
Recientemente se conoció un nuevo proyecto que está relacionado con una marca de autos, que no es exitosa, aunque sí popular gracias a una película. Se trata de DeLorean, cuyo único modelo llamado DMC-12 fue el gran protagonista de la trilogía Volver al Futuro.
El vehículo en cuestión se llama DR-7 y es propiedad de DeLorean Aerospace, la empresa fundada por Paul DeLorean, sobrino de John DeLorean, el creador del DMC-12.
Despega de manera vertical gracias a dos turbinas en la línea central de su chasis y está propulsado por motores eléctricos con una autonomía de 200 kilómetros.
DeLorean Aerospace espera tener un prototipo de tamaño real dentro de un año.
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